Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-

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¡Acércate a nuestras raíces!-Pacomio

monje del s. III- Padre del monacato cenobita o comunitario.

Ponemos en vuestro conocimiento la obra de Dios en hombres y mujeres que contribuyeron a la consolidaciónde
lo que hoy conocemos por carisma cisterciense.

Una carta de discípulo a discípulo.

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Mi querido Orsiesio,   
Te mando un saludo fraterno; por medio de estas líneas, os deseo a ti y al resto de los hermanos
la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y de Jesucristo, el Señor,
que con su Espíritu Santo abra nuestros corazones a la Esperanza y a la Alegría,
por la noticia que os comunico:
Nuestro Padre Pacomio, se ha apagado como la llama de una pequeña vela,
para unirse a la espléndida luz de la aurora de la mañana.
Ya sabes que fue infectado por la peste y que a sus 54 años
ya está en el seno de la Divinidad.
Te contaré un pequeño detalle de su sagrada vida
en busca de la voluntad de Dios en el servicio de los hombres;
para que sirva de impulso para nuestros jóvenes discípulos que tanto amaba.

Diles que su nacimiento fue en Sné (Latépolis) Alto Egipto, alrededor del año 290.
Sus padres eran paganos, tenía un hermano y una hermana, nuestra querida María.
A los 20 años llegó a conocer a los cristianos en unas circunstancias que le marcaron
profundamente, al ser prisionero para ser reclutado por el ejército romano,
fue atendido por un grupo de personas desconocidas con una caridad que le conmovió.
Enterado de que se trataba de cristianos que por amor de Dios servían a todos los hombres,
hizo un voto de consagrarse al servicio de los hombres durante su vida, sí se viese libre del ejército.
Liberado se fue a la isla del Nilo, ciudad ya cristiana, donde fue bautizado hacia el año 313,
año de gracia por la paz Constantina. Allí vivió durante unos años, después de un tiempo
sintió la llamada a la vida monástica, retirándose a la soledad
y poniéndose bajo la guía de un anciano
, Abad Palamón.
Pero después de 7 años con dicho abad tuvo dudas de su vocación y en su humillación ante Dios,
Dios le llenó de Misericordia. Envió un ángel para iluminarle el camino, el cual le dijo:
“La voluntad de Dios es que sirvas a los hombres” Pacomio sintió como que eso
era opuesto al camino monástico que había emprendido, lucho y oró hasta que percibió
el modo cómo podía compaginar ambas llamadas.
Fiel a la llamada recibida en su visión, Nuestro amadísimo Abad Pacomio se propuso construir un monasterio,
acudieron muchos candidatos; gracias a su bondad, él poseía el don de atraer a las personas, 
y vivirían en comunidad bajo su autoridad, tendrían una bolsa en común.
Pero al cabo de cuatro o cinco años vino un golpe muy duro para él; recuerda que el éxit
o del cristiano es la cruz; pues su primer intento de crear una comunidad fracasó
por falta de obediencia, desprendimiento y caridad de los monjes.
Aunque no olvidemos hermano que hay un hombre que
según los sabios de este mundo fracasó en la Cruz.
Nuestro Abad Pacomio siguió y vivió igual que su Maestro Jesús.
desiertoPero Jesús dijo un día: “No os dejare solos” y así fue,
murió para darnos la vida. Para Pacomio el fracaso
le hizo comprender que para que haya una comunidad sólida es necesario que todo sea en común.
Ahora a los aspirantes que acudían a él,
los probaba para conocer sus actitudes profundas,
les propuso como medio para ir a Dios el llevar
una “vida en común”
(Koinonía).
A partir de que los nuevos aspirantes entraron,
la Koinonía de Pacomio se desarrolló muy rápido:
9 monasterios de monjes y 3 de monjas;
ya sabes que su hermana María se unió como discípula.
Estos se encuentran entre Tebas la capital del Alto Egipcio
al norte y Antinoe por el sur,
donde nuestro Abad Pacomio un día fue liberado.
La Espiritualidad que el Abad Pacomio siguió toma
de una manera radical como base la Sagrada Escritura.
Nosotros sus monjes buscamos la perfección humana,
cada uno con su forma de ser, también buscamos
la perfección en el servicio a los hermanos.
Para Pacomio no era posible encontrar la perfección en este mundo sino es en comunidad con los hermanos.
La santa Koinonía se desarrolló según este doble eje
: “La unión con Dios y con los hermanos”.
No olvidemos la obediencia, la oración, la pobreza, el trabajo, el oficio divino y la Sagrada Escritura en común.
La Sagrada Escritura es la regla para nosotros los monjes de pacomianos.
Creo que ya es suficiente lo que te he escrito de la Sagrada Vida de nuestro Abad Pacomio.
Ojalá nuestros novicios y todos los monjes puedan dar gracias a Dios por tan gran Padre
que nos ha dado aquí en la tierra, que por el Espíritu Santo nos ha engendrado para la unión
con su Hijo Jesucristo, a Él todo el honor y la gloria.
Me despido mi querido hermano Orsiesio con la esperanza de vernos, en la tierra o en el cielo,
nuestra morada eterna.
 Fraternalmente, tu hermano en Cristo. Teodoro.

 


Más información en la web:

- San Pacomino


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