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Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-

M.Presentación comparte El espejo de la caridad

Puesta en común de su lectura cuaresmal

Os comparto unas reflexiones sobre el libro que me han entrega al comenzar la Cuaresma –y que sin duda el Espíritu Santo me tenía preparado hoy y ahora-

«EL ESPEJO DE LA CARIDAD»- Elredo de Rieval

 Elredo de Rieval- Un monje y Abad cisterciense del siglo XIII, con una personalidad impregnada de ternura, delicadeza, y cercanía; con capacidad de “Escucha”. Yo diría: ‘Un pequeño Bernardo inglés’.

1º-Breve reseña sobre este Abad cisterciense. En 1224, entra en la corte del rey David, como mayordomo.
Pero... ¡Eso no era lo suyo!
En uno de sus viajes conoce una pequeña comunidad Cisterciense: Rieval. Atraido por la sencillez, encanto y autenticidad de estos monjes, decide abrazar la vida monástica.

No tardó mucho San Bernardo en conocer la influencia y capacidad de este hombre de Dios, que no viene de la Universidad, ni tiene conocimientos académicos. “Yo, vengo de la cocina; del campo, las montañas”; a lo que Bernardo responde: “Acojo tus excusas, pero me resulta más sabroso lo que digas, desde la experiencia, ya que lo has aprendido en la Escuela del Espíritu Santo”. 

San Bernardo, con su capacidad de atracción y visión de futuro, le “enganchó” enseguida. Bueno, no tan enseguida, ya que primero tuvieron que “carearse” en un prolongado debate espiritual de dos cartas intensas-(Os animo a que las leáis: Libro III, c.6 s). Son preciosas. A mí me consuelan mucho, los argumentos que Elredo le presenta a Bernardo. No cede a la primera, ni a la de 3. Lo que sí es claro, es que los santos, al final, rinden su obediencia en pura fe y confianza en Dios, gracias a una capacidad de trascendencia, integral y mística.

2º-LA CARIDAD ES AMOR,- pero no todo amor es caridad; todo depende del recto uso que le demos. El fuego, de la Caridad exhala aroma en el fondo del corazón. Quien abraza a Dios con los brazos de la cruz, no le queda ya nada que esperar. La caridad comienza en la fe, se cultiva en las demás virtudes, y se perfecciona en sí misma. En el cielo todas las virtudes se fundirán en la plenitud de la caridad; reforma la memoria y el conocimiento. Por la caridad con los enemigos se restaura la imagen y semejanza con la bondad divina, que nosotros- por el pecado- hemos desfigurado. Pero Dios no se cansa, y sigue esperándonos.

3º- Un canto a la VERDADERA AMISTAD ESPIRITUAL
 La amistad verdadera es perseverante. Tenemos el ejemplo en Jonatán, aquel excelente joven, que sin atender a su estirpe regia, y a su futura sucesión en el trono, hizo un pacto con su amigo David, precisamente cuando huía de su padre y estaba condenado a la ejecución, escondido en el desierto; lo antepuso a sí mismo con estas bellas palabras: «Tú serás el rey, y yo seré tu segundo». Jonatán, movido por el amor no traiciona a su amigo, juzgó que tenía que oponerse a su padre. Saúl pronuncia sentencia de muerte contra David. « ¿Por qué tiene que morir David? ¿Qué ha hecho? El se jugó la vida cuando mató al filisteo; bien que te alegraste al verlo» El rey, fuera de sí, intenta clavar a su hijo en la pared con la lanza, además de llenarle de improperios. «Mientras el hijo de Jesé esté vivo, tu reino no estará seguro». Jonatán, no disminuyó su amistad. Permaneció fuerte ante las amenazas, paciente ante las injurias, olvidándose de los honores, pero no de su benevolencia. Reflexión: Hagamos nosotros lo mismo.
Sor Presentación-Villamayor

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